Hace poco más de una década surgió en este país un colectivo, liderado por un economista liberal, partícipe de políticas neoliberales y asesor en varios gobiernos, quienes se autodenominaron como “libertarios”. A partir de esa aparición, esta palabra se fue volviendo parte del lenguaje cotidiano para confundir y acomodarse a referentes de moda. Hoy, se reconoce libertario el alcalde, que denomina libertaria a la ciudad de Quito a propósito de sus “fiestas”, y es aplaudido por los jóvenes libertarios tradicionalistas y conservadores, que propugnan el individualismo por sobre todas las cosas, que defienden sus derechos por sobre el colectivo y aparte de cualquier cosa que suene a comunidad, a excepción de la “iberósfera”.
Se han apropiado del término, a secas. ¿El origen de la confusión? A mediados del siglo XX varios economistas y pensadores gringos defensores de los derechos civiles deciden secuestrar el término y voltearlo como defensa del capitalismo más antiestatista posible. Se autonombran como “libertarios”, para mostrarse como una nueva propuesta, pretendiendo no ser identificados con alguna cosa que suene a ideología. Ese “libertarismo” es el que llega como novedad a nuestro medio, para además irse distorsionando aún más y sumando elementos conservadores y neoliberales, apoyando a las fuerzas represivas, despreciando a los extranjeros, entre otras taras.
Porque recordemos que las ideas libertarias, gestadas en el siglo 19, y cercanas en sus raíces al comunismo y al socialismo en varios postulados, buscan abolir el capitalismo y la propiedad privada de los medios de producción, o bien normar sus efectos nocivos hacia la sociedad, por considerar a la propiedad privada como el principal obstáculo para la libertad.
Que nos quede clara la confusión. Porque al hablar de "El anarquismo en el Ecuador", de Alexei Páez Cordero, estamos compartiendo sobre un texto libertario, escrito desde el sentimiento y la razón de un libertario, de los de verdad. El anarquismo libertario que expone Alexei cree en la revolución social como el único camino para la liberación de los explotados, cuyo camino de arranque es la organización social, con participantes activos que consideren las ideas libertarias para asumirlas como un modo de vida, con el fin de lograr la emancipación, con una transformación individual y colectiva, con una distribución equitativa de lo producido, atendiendo a la máxima: “a cada quien según sus necesidades, de cada cual según sus posibilidades”.
La columna vertebral del pensamiento libertario emancipador, y esa es una de las enseñanzas más atesoradas que guardo del amado viejo Páez, es la ética, que desde los planteamientos anarquistas, expuestos por Alexei, se presenta como lo opuesto a la corrupción del mundo por efecto de un sistema explotador y alienante, por efecto del capitalismo y su modelo de democracia.
La ética permea también hacia los vínculos sociales que no serán excluyentes de la condición étnica o cultural, propugnando la hermandad, la igualdad y el anti racismo. La ética personal no contradice en nada el ideal de una sociedad libertaria, cuyo objetivo es la existencia de humanos libres, movidos por la ayuda mutua, y caminando juntos hacia una revolución completa, masiva, sin intereses particulares, anti autoritaria, anti estatista, anti propiedad privada, anti guerra, que propugna claramente una reconciliación de los humanos y la naturaleza.
Asumir el pensamiento anarquista libertario como un modo de vida exige coherencia, cotidianamente ideologizada e interiorizada, ejercida como práctica para el refuerzo de una condición humana solidaria, y de una identidad colectiva particular pero con fines comunitarios: nos referimos a las acciones colectivas con luchas puntuales, orientadas a la urgencia del cambio del sistema capitalista, desde trincheras temáticas específicas, las que buscan el cambio radical del sistema.
A todo esto, y entrando en mi reflexión, la pregunta es: ¿podemos hallar en los discursos y propuestas de nuevos movimientos ecuatorianos, y de otras formas de movilización social, contenidos anarquistas libertarios? ¿A qué nos referimos con ellos, desde la propuesta de “El Anarquismo en el Ecuador”?
Consideramos que varios colectivos y grupos organizados podrían inscribirse bajo todas estas motivaciones. Por efecto de una educación privilegiada, y tal como señala Alexei en su texto, es entendible que los contenidos ideológicos y los planteamientos para la acción surjan desde la intelectualidad de la clase media, tal como sucedía a inicios del siglo XX: los postulados son construidos desde este sector, aún cuando sean demandas ajenas a su situación de clase. En nuestros días, varias demandas de colectivos organizados son desacreditadas desde la propia izquierda por esta proveniencia: organizaciones de mujeres, de animalistas, de ambientalistas.
Los discursos y acciones de estos colectivos son cercanos al anarquismo libertario en cuanto se presentan como reacciones frente al crecimiento del capitalismo y su permanencia en diversos espacios de la vida, pero sus críticas nacen desde sus demandas temáticas.
Así, una parte activa del movimiento de las mujeres se identifica con las causas populares y propone la abolición del capitalismo como sistema de explotación y opresión por medio del patriarcado. Este sector incluye reivindicaciones de clase y se identifica con la izquierda en tanto camino para conseguir sus demandas. Sin embargo, dentro del movimiento de mujeres, que ha tomado fuerza en el último quinquenio en nuestro país, también existen orientaciones que buscan deslindarse de implicaciones ideológicas. Cabe recordar que, en los orígenes del anarquismo libertario, las mujeres tuvieron un rol fundamental en tanto opositoras al capitalismo, tal como lo reseña Alexei en su texto . Los ideales libertarios de los principales teóricos anarquistas contaron con la participación activa de las mujeres, y bajo condiciones de igualdad.
Los grupos en defensa de los derechos de los animales se han construido también, probablemente de forma intencional, bajo postulados mantenidos por los ideales anarquistas libertarios. La “reconciliación del hombre consigo mismo y con la naturaleza” aparece como una de las principales metas del libertario , y es una de las causas que origina el interés por el reconocimiento de la naturaleza como sujeto de derechos. La horizontalidad dentro del colectivo, el rescate de estrategias cooperativas, el radicalismo de los movimientos animalistas, principalmente conducidos por jóvenes, podrían reconocerse como herencias de los ideales libertarios. La búsqueda de una sociedad sin explotación hacia los vulnerables, que pueda subsistir con base a una producción sostenible y distribuida de forma equitativa es un planteamiento evidentemente anticapitalista, el cual enarbolan los colectivos animalistas organizados. También los debates incluyen el rol de las hembras en la explotación animal, por lo que este movimiento retoma varios ideales incluidos en el pensamiento feminista libertario.
Otros grupos ambientalistas de carácter urbano se han visibilizado mostrando en su organización y estructuras una intencionalidad de cambio que responda críticamente y desestabilice al sistema capitalista. Asambleas ciudadanas por el rescate del espacio público, colectivos de peatones y de ciclistas, quienes han orientado sus postulados y acciones para impedir el deterioro de las condiciones de vida urbana, volverla sostenible y recuperar la vida de los barrios y los encuentros comunitarios, son algunos de los ejemplos que incluimos en este reconocimiento.
Los colectivos de diversos intereses que hemos mencionado, aparte de mostrar claridad en su postura anticapitalista, también son espacios donde lo comunitario, lo social y la organización han sido puntales para su existencia. Por regla general, estos colectivos rechazan la injerencia directa y autoritaria del Estado en la toma de decisiones sobre temas que los vinculan, también su propia participación dentro de la esfera política partidista se vive con desinterés, pese a que para la concreción de sus objetivos sea fundamental su presencia en la arena pública con estrategias de publicitación de sus lineamientos y acciones.
Concluyendo, al abrigo del aporte de Alexei consideramos necesaria, indispensable, una definición ideológica para el éxito de las luchas sociales por los derechos y reivindicaciones de los explotados, de los oprimidos. Y en este sentido, los lineamientos anarquistas en tanto liberación de los vicios del capitalismo vienen a ser la inspiración final de los colectivos organizados a los que se ha hecho mención.